Beijing 2008

Cada cuatro años la humanidad se une en una sola alma para celebrar la gran fiesta del deporte.
Atenas, la gran cuna de este carnaval de atletas, fue la sede anterior y aunque se veía lejano, cada vez estamos más cerca de su realización en Beijing, capital de China, el monstruo asiático, que cuenta con poco más de 1.313.300.000 de habitantes, principal proveedor de arroz y textiles a nivel mundial.
Hace cuatro años, Grecia nos demostro su amor por los juegos olimpicos, volviendo a la vida sus más valiosas creaciones: estatuas, leyendas, fantasías; ante los asombrados y perplejos ojos de quienes lo precenciaban ahí, o a kilómetros de distancia a través de un receptor televisivo.
Todos sentimos esa gran nostalgia, ese capullo dentro que no podíamos explicar al ver al histórico Discobolo en movimiento, a la perfecta Victoria alada extendiendo sus laureles.
Sí. Fue inolvidable.
Y ahora se queda la pregunta en el aire, la pregunta cuya respuesta solo llegará en agosto: ¿Cómo superará China esta gloria que todos experimentamos?
No lo sabremos hasta entonces.



Pero mientras tanto soñemos con dragones y soldados de terracota que si bien en Grecia se cumplieron leyendas...tal vez en China se materialicen los sueños.