El melódico sonido de la venganza
Todo mundo odia las moneditas de ¢10. Y las de ¢5 las odian más.
Pero para mí, juntarlas y hacerlas sonar es una de las cosas más satisfactorias.
Ese sonido es el mismito de la venganza.
Aunque a veces el tono cambia y suena igual que el de mi celular cuando me llega un mensaje.
Hace algunos días mi odio hacia la comercial mexicana llegó a ese punto sin retorno que sólo los que odian mucho conocen.
Pero para mí, juntarlas y hacerlas sonar es una de las cosas más satisfactorias.
Ese sonido es el mismito de la venganza.
Aunque a veces el tono cambia y suena igual que el de mi celular cuando me llega un mensaje.
Hace algunos días mi odio hacia la comercial mexicana llegó a ese punto sin retorno que sólo los que odian mucho conocen.
Me pasé un fin de semana maquinando en mi cabeza lo que podía hacer para vengarme de todas y cada una de las veces que me habían dado un puño de moneditas de 10 céntimos por que me negué a redondear.
Y entonces la mejor idea de todas mis ideas vengativas, apareció en mi cabeza...
Una mañana nublada que no fui a trabajar por razones de salud, me senté en mi cama con la alcancía que hace años me regaló mi amiga Lisabela.
Ahí la vacié toda... y con una sonrisa sumamente macabra en la boca, me puse a contar de 10 en 10... y cuando se acabaron, de 20 en 20.
Salí de mi cuarto y con voz inocente le pregunté a mi mamá:
-Vamos a ir a la comer hoy?
-Sí, por qué?
-Nadamás...
Regresé a mi cuarto y llené mi monedero de galleta con todas esas moneditas.
Pesaba como un kilo, jajajaja.
Cuando estabamos en la caja, pagando lo que mi mamá había comprado, le preguntaron si redondeaba y ella dijo que no, en venganza, la mujer que se hacía pasar por buena cajera, le dio un montón de moneditas de a ¢10 disculpandose ("hay esque acabo de hacer corte"). MI mamá se quitó para que yo pasara, pero entonces saqué mi monedero de a kilo y un papelito.
-Quiero una recarga electrónica...
Le di el papelito a la cajera y me dijo.
-Son $30
Frente a sus atónitos ojos comencé a vaciar mi monedero...
Creo que tenía una expresión tan diabólica en la cara que no me dijo nada. Sólo le dio risa nerviosa y mandó al cerillito a traer a la monita que lleva y trae el carrito con cambio. Cuando la tipa esa llegó, simplemente me preguntó:
-Son $30??
-Si.
Y me dieron mi ticket.
Me fui con la sonrisa diabólica y mi mamá se limitó a preguntarme qué había sido eso.
-Fue mi venganza madre...
Y entonces mi celular sonó haciéndome saber que yo había ganado.
(aunque también pensé en la posibilidad de lanzarle el monedero en la cara a la cajera...)
Comentarios
Oye ya me acuerdo de la alcancia como es? y que tal estas? saluditos
Yo bien y tú?
:D
PD: La sed de venganza te ha consumido... u_u
jajaajj bye