Ups! Creo que me he ausentado mucho...

Hace ya un buen rato que no escribía nada pero juro que no ha sido por propia voluntad.

Ahora tengo una nueva ocupación y créanme que es mucho más difícil que cualquier otra que pudiera tener: Soy la niñera de mi sobrino de seis meses de edad.

Sí, qué lindo niño y lo que sea, pero a la hora de la verdad es más bonito cuando está con su mamá.

Las personas dicen una tras otra que esto me va a servir para cuando yo tenga hijos, pero... y si no los tengo? Qué tal si después de esta experiencia me da un ataque de pánico y me vuelvo monja?

Bueno, no creo llegar a tanto, jaja, pero creo que si me resulta difícil verme con un bebé recién nacido, digo, tengo problemas con este muchacho y eso que ya más o menos se da a entender.

Mientras más tiempo paso con él más me convenzo de que aquella frase de los anuncios de la sopa maruchan era verdad: Los niños son como cavernicolitas.

Grita, muje, maulla y hasta ladra de vez en cuando; manotea, patea y se retuerce cuando algo no le gusta y si le gusta sonrie como el mismísimo Guasón.

Encontré el remedio infalible contra sus interminables horas de tedio: La princesa y el sapo. Sí, mi sobrino se entretiene viendo esa película.

Mi papá dice que lo voy a traumar, que le varié las películas... pero no le gustan otras, sólo esa, si le pongo Up, por ejemplo, se aburre y grita como loquito hasta que le pongo la que le gusta.

Uff, hablándo de gritos, el deber me llama y si no voy ahora mismo es probable que no me suelte el resto del día.

Qué miedo.

Namá!!!