Me gusta el frío pero...

Antes he hablado mucho del cansancio físico, mental y emocional que me provoca el calor.
Sí, siempre he dicho que prefiero el frío al calor, ya lo sé, pero las cosas empiezan a cambiar y eso es aterrador.
Cada vez hace más y más frío y yo soy débil y mi delgada capa de piel no se ve muy protegida que digamos como un montón de suéteres.

Por que... qué pasa con mis pies?? No se calientan ni con tres pares de calcetines ni mis manitas con guantes dentro de las bolsas de una chamarra.

Ya me empiezo a parecer a Rodolfo con mi punto rojo y luminoso (léase naríz) provocado por el frío tan intenso.
Y eso que no hemos llegado a invierno.
Si la situación sigue así, para la cena de fin de año me llevaran en un cubo de hielo y cenaré en el refrí.
Brr....

Bueno, sé que eso es una exageración, jajaja pero me gusta ser dramática, a veces es más divertido.

O no?

NAMÁ!