Lo que la gente ama

Después de 25 años y medio de observación voluntaria (e involuntaria) he llegado a una importante conclusión que cambia mi vida por completo.

En el metro, en los vagones, en los andenes, en los torniquetes, en las taquillas, en las escaleras; en la calle, en las banquetas, debajo de ellas, en las esquinas, en sus carros, fuera de ellos, en el parabus, en los cruces peatonales, en las rampas, en los camellones; en los camiones, en los pasillos, en los asientos, con sus maletas; en el super, con sus carritos, con sus niños, con sus cuerpos, con sus compras, con sus bolsas, en la fila de la caja, en la entrada, en los aparadores; en el restaurante, con sus piernas, con sus mega mochilas, con sus brazos, con sus platos, con sus vasos, con sus cubiertos; en el cine, con sus palomitas, con su refresco, con su cabeza!!; en la tiendita, en la escuela, en el mercado, en el parque, en el centro comercial, incluso entre una pareja...


LA GENTE AMA ESTORBAR 


¿Quién se atreve a negarlo?
A su madre, como me encanija que la gente en el super deje sus carritos cruzados en un pasillo y anden por allá baboseando mientras a mi se me salta la vena de la frente, sí señor.
O el inútil que en el camión no se recorre hacia atrás mientras adelante la gente se acumula hasta tener que colgarse de la puerta. Por más fuerte que sea mi expresión de odio y desprecio esto no cambiará.
También está aquél caballero que, junto a la puerta del metro, no se quita para que la multitud que está tratando de entrar al vagón.

¿Soy yo o de verdad son situaciones muy estresantes?
¿Soy tan poco tolerante que necesito enojarme por pequeñeces?

Comentarios

Aldo Deep Red ha dicho que…
No eres la unica coincido con todo lo que dices en absoluto y te faltó agregar a la gente que no se quita cuando uno baja del metro nadamas para entrar rapido, creo que ese sonido que hace el metro antes de cerrar puertas deberian quitarlo nadamas altera mas a la borregada.

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