El soundtrack de una vida (Track 5)
Me emociona escuchar esta canción, tiene un no sé qué que qué sé yo que provoca que se me enchine la piel. No sé de qué año es, pero sé perfectamente que estaba de moda cuando yo entré a la secundaria.
Para ir a la escuela, a cinco minutos de mi casa, me levantaba a las seis de la mañana que mi hermana se iba a la preparatoria.
Como el cuarto era para mi sola prendía el radio mientras me alistaba para salir, no sé si lo sepan, pero yo si no estoy oyendo música me siento como vacía.
Pues bien, todos los días a las seis y cinco de la mañana, después del himno nacional, en Stereo 97.7 (tuvo una muy buena época) salía esta canción.
Como el cuarto era para mi sola prendía el radio mientras me alistaba para salir, no sé si lo sepan, pero yo si no estoy oyendo música me siento como vacía.
Pues bien, todos los días a las seis y cinco de la mañana, después del himno nacional, en Stereo 97.7 (tuvo una muy buena época) salía esta canción.
Todos los días. Todos.
Le tomé un cariño impresionante, pues por aquella época descubrí que mi signo era Tauro (no somos mucho de horóscopos en la familia) y después de unas semanas descubrí que no era que en la canción hablaran del toro, sino de la historia de amor que relata.
Entrar a la secundaria es una cosa abrumadora, uno se siente grande aunque la verdad se sigue siendo un niño. Las niñas empiezan a cuchichear sobre el niño que les gusta (al menos en mis tiempos esto sucedía en la secundaria), después piensas en él o ella y suspiras como un tonto (o tonta).
La verdad es que yo nunca fui muy abierta con mis amigas sobre quién me gustaba, pero tras un fugaz enamoramiento de adolescente un día me di cuenta de que pensaba en el niño en cuestión cada que oía esta canción.Tal vez era por el asunto del amor platónico del toro.
En resumen:
¡Fue mi primera canción de amor!
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