Nokia, el inmortal

Eso de cuidar Tamajochis nunca se me dio.
Y cuando digo nunca me refiero a que si me daban a cuidar uno bien logradito se me resbalaba y hasta ahí llegó el pobrecillo.
De los míos propios mejor ni hablar, mi papá se cansó de comprarme otro y otro a ver si me duraban.
Nada, siempre fui una negada para esos aparatos.
Cuando entré al CCH mi mamá quería que me dieran un celular, pero entonces era rebelde y me negué a recibirlo (creo que ya había hablado de esto antes ¿verdad?), en fin, el punto es que al entrar a la universidad decidí que siempre si quería el aparatejo, era un nokia azul de lo más antiguo, pero pequeñito y me gustaba porque tenía jueguitos y esta fácil de guardar en el pantalón o en cualquier compartimento de la mochila.
Me duró aproximadamente dos años, tiempo en el que sufrió de todo: caídas desde mis viejas literas, pisotones, fue aplastado por libros enormes en mi mochila, azotones dentro de a mochila, caídas desde mi restirador, se pintó con tintas de serigrafía, se le rompió la tapa de la batería. Fue buen muchacho, incluso cuando cayó dentro de un traste de atún con agua siguí funcionando, es verdad que la pantalla solo prendía luz verde y no se veía nada, pero aún podía hacer llamadas sin problema alguno.
Mis padres decidieron que era tiempo de darme uno nuevo y entonces me dieron un LG de folder, es bonito, aún lo tengo y lo llevo conmigo por si me asaltan. Tiene dos pantallas: una a colores adentro y una pequeña afuera. Me gustaba porque tenía el tono de beetlejuice y era genial! Además tenía un juego del Señor de los anillos y me pasaba HORAS jugando con él.
Pero en un arranque de ira lo lancé por los aires y al caer: CRASH! la pantalla pequeña dio justo en la esquina de una pata de mi cama.
Entonces mi hermana me regaló un Zonda de folder que ya tenía cámara y radio, la gloria absoluta para mi. Y me asaltaron.
Mi novio me consiguió uno idéntico que estuvo conmigo un par de años, hasta que se cayó al suelo y no quedó nada de él.
Fue hace como tres años.
Cuando mi abuelita vio la piltrafa de teléfono que traía me regaló uno que ella ya no usaba: un Nokia 1208.
Lo usé un año y luego compré un LG con conexión wifi y teclado qwerty, que al medio año se cayó y se quebró la pantalla. La compostura me salió como en $400, así que dejé de sacarlo y comencé a cargar de nuevo el Nokia 1208.
Su historial es bueno: se ha caído, mi sobrino lo babeó, lo he pisado, la Piu ha dormido sobre él, lo he sumergido en jabón, lo he perdido, se ha caído de la cama, lo he aplastado contra la pared, se ha mojado con la lluvia, perdí el cargador, le compré uno nuevo y luego le arranqué la patita donde se conectaba...
Y lo amo un montón! Me siento más cómoda cuando salgo a la calle con él que cargando en LG (que uso para checar mi fb cuando no quiero prender la compu), es más mi tipo (uso rudo, dice mi mamá).

Y haciendo un recuento de mis celulares he llegado a la conclusión de que los teléfonos Nokia son inmortales.
O al menos se acercan mucho a la inmortalidad.

Por cierto, actualmente cargo la batería con un cargador universal.

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