El grandioso show de las cosas que nunca fueron...
...Y de las que nunca serán.
Hay cosas que no nos interesan y aún así roban tiempo de nuestras vidas, a veces negamos que nos interesan, pero la verdad es que a escondidas fantaseamos con ellas.
Y no digo que esté mal, pero desafortunadamente tarde o temprano nos daremos cuenta del error y como dicen por ahí: mientras más alto andas más duro es el ranazo.
Los chismes de la farándula, los de la tipa del cubículo del otro lado de la oficina, vestidos y zapatos cuyos precios por unidad igualan el de todos los muebles de nuestros departamentos (puede llegar a suceder que hasta del departamento mismo), hombres con los que nunca estaremos, hijos que nunca tendremos, chistes o comentarios sumamente inteligentes y audaces que jamás diremos (no importa cuántas veces los repitamos en nuestras mentes), viajes que nunca haremos, canciones que jamás cantaremos de manera espectacular (porque como perro moribundo seguro sí podemos hacerlo), personas a las que no conoceremos, caminos que no nos llevaran directo al palacio más grande de Disney y coronas de reina que jamás estarán sobre nuestras cabezas.
Cierto tipo de mujeres (y algunos hombres) viven de inventar mentiras sobre sus propias vidas para impactar y ganarse el cariño y/o respeto de otras personas, para conquistar al chico de sus sueños (y de los sueños de otras mujeres... y uno que otro hombre) y esto puede ir desde meterse algodones en el bra hasta inventarse que la mamá es la criada (cofcofcofrubícofcofcof).
Y cuando los reencuentros con gente que no ves hace mucho tiempo tocan a tu puerta, te encargas de evaluar tooooda tu vida y a pensar lo que está bien y lo que no, lo que puede convertirte en objeto de burlas y lo que provoque ovaciones en tu honor.
Al final las mentiras que uno se inventa para disfrazarse la vida de algo que no es, estallan revelando la miserable realidad. En tu cara.
Y destruyéndote los nervios.
Más o menos así:
Anteriormente ya había escrito sobre esto, pero como que este año la tendencia está agarrando más fuerza y eso, gente, no me gusta nada.
Digo, si no haz tenido contacto con alguien por 12 largos años...pues por algo será ¿no?
En fin, lo que de verdad se debe hacer en estos casos es aceptar la realidad que se vive, porque si hace 12 años las niñas creídas de la secundaria no te querían, el hecho de que tu novio sea investigador del FBI, que seas la publicista senior de coca-cola en Inglaterra y tengas una casa del tamaño de una cuadra en Venecia NO VA A CAMBIAR LAS COSAS.
Vale más disfrutar lo que uno es.
Y luego salir volando en el helicóptero del ex nerd que siempre fue tu pretendiente, como en la película de Romy and Michelle (video y foto de cabecera).
¿O no?
Hay cosas que no nos interesan y aún así roban tiempo de nuestras vidas, a veces negamos que nos interesan, pero la verdad es que a escondidas fantaseamos con ellas.
Y no digo que esté mal, pero desafortunadamente tarde o temprano nos daremos cuenta del error y como dicen por ahí: mientras más alto andas más duro es el ranazo.
Los chismes de la farándula, los de la tipa del cubículo del otro lado de la oficina, vestidos y zapatos cuyos precios por unidad igualan el de todos los muebles de nuestros departamentos (puede llegar a suceder que hasta del departamento mismo), hombres con los que nunca estaremos, hijos que nunca tendremos, chistes o comentarios sumamente inteligentes y audaces que jamás diremos (no importa cuántas veces los repitamos en nuestras mentes), viajes que nunca haremos, canciones que jamás cantaremos de manera espectacular (porque como perro moribundo seguro sí podemos hacerlo), personas a las que no conoceremos, caminos que no nos llevaran directo al palacio más grande de Disney y coronas de reina que jamás estarán sobre nuestras cabezas.
Cierto tipo de mujeres (y algunos hombres) viven de inventar mentiras sobre sus propias vidas para impactar y ganarse el cariño y/o respeto de otras personas, para conquistar al chico de sus sueños (y de los sueños de otras mujeres... y uno que otro hombre) y esto puede ir desde meterse algodones en el bra hasta inventarse que la mamá es la criada (cofcofcofrubícofcofcof).
Y cuando los reencuentros con gente que no ves hace mucho tiempo tocan a tu puerta, te encargas de evaluar tooooda tu vida y a pensar lo que está bien y lo que no, lo que puede convertirte en objeto de burlas y lo que provoque ovaciones en tu honor.
Al final las mentiras que uno se inventa para disfrazarse la vida de algo que no es, estallan revelando la miserable realidad. En tu cara.
Y destruyéndote los nervios.
Más o menos así:
Anteriormente ya había escrito sobre esto, pero como que este año la tendencia está agarrando más fuerza y eso, gente, no me gusta nada.
Digo, si no haz tenido contacto con alguien por 12 largos años...pues por algo será ¿no?
En fin, lo que de verdad se debe hacer en estos casos es aceptar la realidad que se vive, porque si hace 12 años las niñas creídas de la secundaria no te querían, el hecho de que tu novio sea investigador del FBI, que seas la publicista senior de coca-cola en Inglaterra y tengas una casa del tamaño de una cuadra en Venecia NO VA A CAMBIAR LAS COSAS.
Vale más disfrutar lo que uno es.
Y luego salir volando en el helicóptero del ex nerd que siempre fue tu pretendiente, como en la película de Romy and Michelle (video y foto de cabecera).
¿O no?
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